Es demasiado irregular, asemejándose más al paisaje de la sierra ecuatoriana y muy parecida a la provincia de Loja. Hay pendientes del terreno de hasta 90%, aunque en promedio se puede hablar de un 30 a 40%. Esto ha dificultado las actividades agropecuarias y la construcción de vías de comunicación y caminos de herradura, desde el momento en que empezó a poblarse hace miles de años y luego al inicio de la exploración y conquista española. Ya en la colonia, siempre fue difícil penetrar estas tierras; y en la República hacer los caminos transitables y las carreteras.